LOS
COMUNISTAS EN
Se ha demostrado ampliamente que el
principal protagonista de la guerra partisana y de
Todos los destacamentos de partisanos independientemente de cual
fuese su orientación política, se apoyaban directa o indirectamente en la clase
obrera, en los campesinos, en los trabajadores.
En el norte de Italia, donde
La resistencia
italiana empezó mucho antes que en los otros países europeos, mucho antes del 25 de julio de 1943 (día en el que la
monarquía tambaleante trató de separar su responsabilidad de la del régimen de
Mussolini); mucho antes del 8 de septiembre (día en el que la monarquía
derrotada pidió el armisticio a los aliados). En Italia, durante veinte años se
dio una lucha encarnecida contra el fascismo, por pequeñas minorías, pero sobre
todo por la vanguardia de la clase
obrera y de los trabajadores: el Partido Comunista (de los 4.671 antifascistas
condenados por el Tribunal Especial para
La resistencia empezó en los años 1921-22, aunque fue después de
septiembre de 1943 cuando tomó la forma más avanzada de lucha armada y, después
de veinte meses de duros y heroicos combates, concluyó con la victoriosa
insurrección nacional de las ciudades de Italia del Norte, seguida –agosto de
1944- de la insurrección en Florencia en la cual, (por vez primera en una gran
ciudad italiana) todo el Poder del Gobierno Provisional fue asumido por el
Comité Toscano de Liberación Nacional.
La insurrección representó un momento de protagonismo popular, único en
la historia de Italia, el epílogo de las variadas y complejas formas de lucha
que – en esos veinte meses-
Fue creada en septiembre de 1943 en Milán a iniciativa de Luigi Longo,
Pietro Secchia, Antonio Roasso,Francesco Scotti, Humberto Massola y otros
dirigentes comunistas, que, meses después, formaron el Mando General de las
Brigadas Garibaldinas.La 575 Brigada de asalto Garibaldi (210 mil combatientes)
presente y activa en todas las regiones italianas ocupadas por los alemanes. La
unidad de base de cada brigada era el destacamento (40-50 hombres)m formado por
4-5 escuadras, compuesta cada una por núcleos de 5-6 combatientes.
Él partido comunista dio a esta brigada sus mejores cuadros, sin
discriminación: la responsabilidad se asignaba en base a la capacidad personal y al espíritu de
sacrificio. El comandante tenía la responsabilidad de velar por la preparación militar, de fijar
los objetivos de las operaciones y asegurar su realización práctica. El comisario político debía cuidar la
preparación política de la brigada, la moral y la combatividad de los hombres,
las buenas relaciones con la población, la propaganda y la agitación. Los
garibaldinos lucían el pañuelo rojo en el cuello, y a veces la camisa roja.
La incomprensión del carácter popular de la guerra de Liberación, creó
en un primer momento contradicciones
entre los dirigentes comunistas de la lucha partisana, con los de las otras
corrientes políticas que escogieron preferentemente a oficiales del ejército.
Éstos creían que podrían encuadrar y dirigir la lucha con criterios jerárquicos
y el reglamento y la disciplina del ejército monárquico. Estaban completamente
contra al desarrollo del trabajo político en las unidades partisanas. Los
comisarios políticos enviados por el partido Comunista a los destacamentos y a
las Brigadas garibaldinas, eran considerados por los representantes de los
partidos burgueses como intrusos, pero poco a poco, aunque las formaciones
partisanas dirigidas por los otros partidos empezaron a introducirlos, al
principio como “delegados civiles”,
terminaron aceptándolos como comisarios políticos.
La constitución de
En la primavera de 1944, los dirigentes del Partido Socialista Italiano
de Unidad Proletaria, organizaron
Aunque de forma autónoma, en la guerra de liberación tomaron parte
liberales y monárquicos, así como formaciones de inspiración católica, organizadas
en el Partido de
En vísperas de la insurrección, las formaciones partisanas comunistas y
accionistas representaban más del 70 % del total, y en las ciudades el
porcentaje era aún mayor.
Los Grupos de Acción Patriótica
Los Grupos de Acción Patriótica (GAP) eran pequeños grupos de asalto
que operaban en las ciudades contra los oficiales alemanes y los jerarcas
fascistas, contra las sedes de las Comandancias, los depósitos de municiones,
las columnas militares en movimiento, la red ferroviaria y centrales
eléctricas. Era la mejor forma de lucha armada que podía golpear en el corazón
de las ciudades ocupadas: el terror implantado por el enemigo, sólo el terror
partisano podía romperlo
Cada GAP se componía de 3-4 hombres (el jefe de escuadra, un jefe
subalterno y dos “gapistas”) que llevaban a cabo sus acciones con armas de
fuego, blancas y explosivos. La iniciativa de crear los GAP fue del Partido
Comunista, y estaban formados exclusivamente por miembros del partido, bajo el
mando del comunista Ilio Barontini, que había sido jefe del Estado Mayor de
En Turín, las dos primeras acciones del GAP tuvieron lugar el 22 de
noviembre de 1943: dos “gapistas” en bicicleta hicieron fuego sobre soldados
alemanes de guardia en la estación ferroviaria de Porta Nova; minutos después,
explotaba una bomba en un local de Via Nizza, y a consecuencia de los golpes de
los “gapistas” cayó un alto jerarca de la milicia fascista.
En Milán, los gapistas son mandados por el comunista Giovanni Pesce,
también combatiente en España con los republicanos contra el franquismo, y con
los Franc Tireurs Partisans[2]. La primera acción
fue el 2 de octubre, día en que salta por los aires un depósito de munición en
el aeropuerto. El 3 de noviembre sabotean un convoy alemán en Lodi; el 7 de
noviembre explota una bomba en
En Bolonia, los gapistas entran en acción en diciembre, mandados
directamente por Ilio Barontini al que el partido le había encargado la
coordinación de
En Florencia, los gapistas, en su mayoría obreros mandados por
Alejandro Sinigagia, Bruno Fanciullacci y Faliero Pucci, ajustician el 1 de
diciembre al coronel Gino Gobbi, comandante del distrito militar fascista. En
Roma, los gapistas son en su mayoría estudiantes universitarios: el 18 de
diciembre numerosos alemanes y fascistas, resultan muertos por una bomba
colocada ante el cine Barberini; el 19, Rosario Bentivegna y Carla Capponi
lanzan una bomba contra el hotel Flora, sede de una comandancia alemana y de
una corte marcial, mientras un gapista en bicicleta alcanza con una carga explosiva
un camión lleno de alemanes estacionado en el paseo del río Tíber, ante la
cárcel Regina Coeli.
En Ferrara, en noviembre, es ajusticiado el jerarca fascista Igino
Ghisellini. La represalia fascista es feroz: los miembros de una escuadra
fascista acuden a Ferrara, junto a un grupo de militares veroneses, arrestan o
secuestran en las cárceles once personas y las fusilan ante el castillo.
Durante la guerra de liberación, se multiplicaron los atentados con
paquetes bomba y con armas de fuego contra los ocupantes alemanes y los
fascistas. El 7 de enero de 1945, el GAP de Milán, vuela el bar Manetto lleno
de soldados alemanes y de fascistas con el resultado de nueve muertos y catorce
heridos. En Milán, en la noche de Año Nuevo, suben al escenario de tres cine-teatros,
Smeraldo, Imperio y Pace, y en este último disparan ráfagas de metralleta
contra un grupo de fascistas que se encontraban en una platea.
Dos fueron las acciones del GAP que tuvieron una gran repercusión
nacional. La primera fue llevada a cabo el 15 de abril de 1944 en Florencia,
por un grupo de gapistas mandado por Bruno Fanciullacci, con el ajusticiamiento
del filósofo Giovanni Gentile, gran corruptor de la cultura italiana durante
los veinte años de dictadura fascista, ministro de Mussolini y cómplice de su
régimen, desde la marcha sobre Roma hasta
Las Escuadras de Acción Patriótica (SAP)
Eran formaciones clandestinas en las que participaban personas, que
continuaban su actividad civil, normal, y llevaban a cabo acciones organizadas
por la guerrilla en las zonas rurales (donde las escuadras existían para
proteger a los campesinos de las confiscaciones nazifascistas del trigo y el
ganado), las escuelas y las fábricas. En la ciudad, realizaban trabajo
logístico y de reclutamiento de voluntarios dispuestos a empuñar las armas,
también llevaban a cabo tareas de protección de las huelgas y manifestaciones
populares de protesta contra el nazifascismo, e indicaban acciones de sabotaje.
En Turín, ya desde 1943, las SAP- superaban las 700 personas entre
hombres y mujeres- En el verano de 1944, el Mando General de
A finales de 1944, cincuenta brigadas SAP se habían juntado con las ciento veinte brigadas partisanas Garibaldi, participando directamente –el situaciones precisas- en los combates. En 1945, en la fase final de la insurrección fueron un peso decisivo en la conducta de la lucha armada –como en Milán y Turín- antes de la entrada de las brigadas partisanas.
Las huelgas
de marzo de 1943 y la huelga general de 1944
Las huelgas de marzo del 43 marcan un
importante momento de ruptura en el último año de vida del régimen fascista. En
Turín, los obreros de las mayores fábricas (desde
Las huelgas de marzo del 43 fueron la culminación de la larga experiencia de lucha antifascista llevada a cabo por la vanguardia de la clase obrera, desde la llegada al poder del fascismo el éxito de su organización, dobló las campanas para el régimen mussoliniano que rápidamente entró en crisis profunda y a los cuatro meses, el 25 de julio, se derrumbaba con el desembarco en Sicilia de las tropas angloamericanas. El Partido Comunista recogía con esas huelgas, los frutos de la paciente política que sus cuadros llevaron a cabo clandestinamente en el seno de la clase obrera, desde que fuera ilegalizado en 1926.
La huelga general de marzo del 44, en
la que participó más de un millón de trabajadores, fue la huelga general más
grande en
Abandonaron el trabajo los obreros de las mayores
fábricas de
Milán y Turín estaban, ya
entonces, a la vanguardia. En Milán,
junto a los trabajadores de las fábricas, se unen a la lucha los tranviarios,
paralizando la vida en la ciudad; los secundan los gapistas que vuelan la cabina
que abastece la red norte. También van a la huelga los trabajadores del
“Corriere de
En Turín el Comité de Agitación
declara en un comunicado: “¡Si no cesan los arrestos arbitrarios y las
deportaciones, no se trabaja! ¡Todos los patriotas han de ser liberados! ¡Ni un obrero, ni un joven,
ni una máquina, deben ser enviados a Alemania! ¡A la violencia nazifascista los
obreros responderemos con la violencia! ¡Viva la huelga política- reivindicativa!”
La huelga general del 44 fue una gran operación estratégica, cuyo éxito demostró el aislamiento total de los fascistas, y el profundo desprecio de la mayoría de los trabajadores por los engaños demagógicos de la llamada “República Social Italiana” creada por Mussolini al servicio de los alemanes.
La zona
libre y la república partisana
El verano del 43, ve una mayor
ocupación de los territorios por las fuerzas partisanas, ocupación que se
prolonga hasta finales otoño. Es un ejército popular que libera su propia
tierra, sus pueblos, de los invasores alemanes: nace así una “república
partisana” las “pequeñas” (como la del Val de Lanzo, Val Maira, Langhe,
Valsesia, en Piamonte; Oltrepo Pavía, en Lombardía;
En las zonas liberadas se
constituyeron órganos de poder popular. La población reconquistó su libertad
después de veinte años de dictadura fascista y, en estrecha colaboración con
los partisanos, se autogobernaron democráticamente. El Comité de Liberación
Nacional preparó las listas de los candidatos, pero a menudo las elecciones se
hacían directamente a mano alzada entre los participantes a las asambleas. Se
constituyeron administraciones
populares, que impedían el aumento de los precios de los alimentos, distribuían
el pan y la carne, combatían el
contrabando y el mercado negro. Las nuevas Juntas Comunales y los comandantes
partisanos modificaron profundamente, a
favor de la población, el cobro
de los impuestos; en algunas localidades, se instauraron formas nuevas de
contrato agrario. En todas partes se disponía de hospitales, escuelas, hogares
para ancianos, asilos; donde era posible, se desarrollaban actividades
culturales con noticieros cinematográficos, exposiciones fotográficas,
secuencias de la vida partisana... La justicia se administraba de una forma
nueva: por ejemplo en
La república partisana tuvo una vida relativamente breve (unas semanas, o uno o dos meses) porque no estaban en condiciones de resistir, militarmente, a la dura contraofensiva de la 25 división alemana, provista de tanques, aviación y del potencial bélico de un ejército moderno, mientras que los partisanos no tenían más armamento que metralletas y bombas de mano (las ayudas tantas veces prometidas por los aliados angloamericanos, no llegaron nunca). Esta fue una de las diferencias con la resistencia yugoslava, que logró liberar importantes regiones del país y crear en ellas un gobierno popular antes de la llegada a Belgrado de las tropas liberadoras soviéticas. Los partisanos yugoslavos se vieron favorecidos por la configuración del terreno carente de importantes aglomeraciones industriales, con malas vías de comunicación y con montañas y bosques en el centro del país. En Italia, fue justa la decisión estratégica del Partido Comunista y las otras fuerzas de la resistencia, de no abandonar los centros industriales y las grandes ciudades en manos del enemigo, de organizar las huelgas en las ciudades, de llevar la guerrilla en las ciudades mediante los Gap y las SAP. Dada la situación política y militar de Italia, es completamente errónea la crítica según la cual el Partido Comunista hubiera debido llevar todas las masas obreras a la montaña, tras las formaciones partisanas.
Mas pese a la brevedad de su vida, el
valor político –con tantos aspectos revolucionarios- de la “república
partisana” durante
Conclusiones
Hay que encuadrar
En muchos países de Europa, militarmente invadidos y ocupados por los nazis, la entrada de los partidos comunistas en gobiernos de unidad nacional, fue la aplicación de la justa táctica internacional de “Frente Nacional Antifascista”. La entrada en 1944-45 del partido Comunista Italiano en el gobierno de unidad nacional, presidido primero por Badoglio y después por Bonomi, estuvo caracterizada desde el principio, por una pesada subordinación a las posiciones políticas de las fuerzas conservadoras presentes en la formación antifascista, y a los intereses de clase del capitalismo italiano, que trataba de reciclarse después de dos decenios de colaboración con la dictadura fascista. A ello siguió la elaboración del grupo dirigente del Partido, encabezado por Togliatti, de posiciones ideológicas y políticas revisionistas incompatibles con el leninismo, particularmente:
1.- La afirmación por Togliatti y el grupo dirigente que le seguía, de que en Italia se abría, en aquel período, la fase de una “nueva revolución democrática” (en la clausura de la fundación del Partido, 1921, se expuso claramente que el objetivo revolucionario en Italia era el de la revolución proletaria)
2.- La elaboración, por Togliatti, de la línea de la “democracia progresiva” como nueva estrategia para lograr el socialismo en Italia (la llamada “vía italiana al socialismo, que no tenía nada en común con el marxismo-leninismo).
3.-La consiguiente construcción del “partido nuevo” togliatiano, un partido que en los sucesivos decenios se vació progresivamente de todo contenido revolucionario.
El fin de la monarquía, el
advenimiento de la república, y una Constitución democrático burguesa entre las
más avanzadas por entonces, fueron conquistas efectivas de
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Tributo de los comunistas a la lucha antifascista y
de la liberación.
Condenados
por los tribunales especiales
(Con un total de 23.000 años de cárcel) 4.030 sobre 4.671
Deportados 8.000 sobre 10.000
Partisanos combatientes 210.179 sobre 350.425
Condecorados con
“ “ “ Medalla de Plata 217
Partisanos muertos en combate 40.123 sobre 69.250
Heridos y mutilados 22.521 sobre 36.321